El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie.
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes.
Pero ella se sabe más importante que todas, [...] es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa.
Una mirada, una sonrisa,
en la distancia todo es eterno.
Un abrazo, una caricia
por un segundo ahí, daría la vida.
Sentimientos cruzan montañas
y se enlazan con pasión a los suyos.
Una canción que late
con pasión en mi corazón.
Recuerdos, momentos,
imágenes que no cesan.
Lágrimas calladas,
abrazos sin destino;
caricias, miradas
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