viernes, 6 de enero de 2012

23/octubre

El tiempo vuela y se hace eterno. Los días pasan pero los segundos se comprimen haciendo de un día, un mes.
Los sentimientos vuelan por el viento, jugando con las hojas secas.

Existe una delgada linea entre el "bien" y el "mal", una fina línea entre lo que "debemos" y lo que "queremos" hacer. Una vez traspasas la línea y haces loq ue queires, todo se ve diferente. Comprendes que todo es correcto si tu corazón te dice que es eso y no otra cosa lo que necesita.
Pero, como todo en la vida, las cosas no son blancas o negras. Tenemos que guardar cierto equilibrio entre lo que queremos y lo que debemos. Mantenernos en la línea, en la justa medida entre lo que dicta nuestro corazón y lo que nuetra mente aconseja.
Aún así, cuando el corazón vence, es cuando realmente somos nosotros, nos descubrimos tal y como somos.
Errores, errores hay cientos, pero el mayor error le cometemos cuando no nos perdonamos a nuesotros mismos, cuando no crecemos y aprendemos de ellos.

Soy partidaria de cometer errores, dan sentido a nuestra vida, nos ayudan a crecer. Hacen aflorar en nosotros sentimientos que teníamos perdidos, escondidos en lo más hondo del corazón.

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