Los sentimientos vuelan por el viento, jugando con las hojas secas.
Existe una delgada linea entre el "bien" y el "mal", una fina línea entre lo que "debemos" y lo que "queremos" hacer. Una vez traspasas la línea y haces loq ue queires, todo se ve diferente. Comprendes que todo es correcto si tu corazón te dice que es eso y no otra cosa lo que necesita.
Pero, como todo en la vida, las cosas no son blancas o negras. Tenemos que guardar cierto equilibrio entre lo que queremos y lo que debemos. Mantenernos en la línea, en la justa medida entre lo que dicta nuestro corazón y lo que nuetra mente aconseja.
Aún así, cuando el corazón vence, es cuando realmente somos nosotros, nos descubrimos tal y como somos.
Errores, errores hay cientos, pero el mayor error le cometemos cuando no nos perdonamos a nuesotros mismos, cuando no crecemos y aprendemos de ellos.
Soy partidaria de cometer errores, dan sentido a nuestra vida, nos ayudan a crecer. Hacen aflorar en nosotros sentimientos que teníamos perdidos, escondidos en lo más hondo del corazón.
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