"Yo soy yo y mis circunstacias" Ortega y Gaseet.
A mi menten vienen dos escenas de El Principito: la primera es la del hombre serio. Su aspitación era ser, y así se creía, una persona seria pero sin duda no disfrutaba de la vida. La segunda es la del borracho que bebí para olvidar que bebía.
De cierto modo ambas imágenes encajarían de una forma u otra en este momento del viaje.
-¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de... ya no sé... ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete...
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-¿Para olvidar qué? -inquirió el principito, que ya lo compadecía.
-Para olvidar que me da vergüenza -confesó el bebedor, bajando la cabeza.
-¿Vergüenza de qué? -se informó el principito, que deseaba socorrerlo.
-¡Vergüenza de beber! -concluyó el bebedor, encerrándose definitivamente en el silencio.
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