viernes, 4 de mayo de 2012

4 de Mayo




Alguien me dijo una vez que la amistad es como un vaso de cristal, tan perfecto y a su vez tan frágil que en el momento que se abre una grieta o se rompe es imposible recomponerlo y hacer que vuelva a brillar.

Alguien me enseñó una vez que hay que cuidar ese vaso cada día, limpiarlo, colocarlo dulcemente en su vitrina y admirarlo.

Existen momentos en la vida en que te das cuenta de quién camina a tu lado y está dispuesto a tenderte su mano cuando tropieces y quién simplemente busca llegar al final, sin importarle si llegas con él o no.

La vida es una camino complejo, lleno de piedras y baches. Habrá días que llueva y otros muchos en los que el calor te invite a abandonar. Un camino largo. Un camino en el que te acompañarán diferentes personas, unas se marcharán pronto, otras te acompañarán hasta el final y muchas otras se cruzarán contigo en algún punto de tu viaje.

Y todo esto no solo te hace más fuerte y te enseña a salir de callejones aparentemente sin salida sino que te enseñan como son las personas que caminan a tu lado. Aprendes a conocerte a ti mismo, a ver hasta dónde eres capaz de llegar pese al cansancio, pese a los tropiezos.

La amistad es esa fuerza que te hace sacar lo mejor de ti en los momentos más inimaginables, cuando no te quedan fuerzas para seguir, cuando tropiezas una y otra vez.

Hay veces que una persona se cruza en tu camino, te acompaña durante un tiempo y luego continua su rumbo en busca de su propio destino. Hay veces que esas personas cuidan el vaso mucho más que las que siguen a tu lado.

Yo no sé quién se cruzará en mi camino, no sé quién lo abandonará para siempre o quién a pesar de tomar otro y alejarse seguirá cerca, dispuesta a venir volando si fuese necesario para tenderme su mano cuando tropiece.

Supongo que lo interesante de la vida es eso, el misterio que esconde. Nunca sabes cuando se romperá ese vaso que tanto tiempo has cuidado, cuando alguien se cruzará en tu camino dispuesto a regalarte su Amistad, dispuesto a cuidar el vaso y tenderte su mano.


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