lunes, 28 de mayo de 2012

28 de Mayo

Hay momentos en los que las palabras te abandonan y un vacío llena tu interior hasta entristecerte.
Sabes que nada es eterno pero te aferras a los días como se aferran las hojas en otoño ante su inminente caída.
Conoces el futuro y eso provoca en ti un miedo repleto de esperanzas.
Atrás quedarán los recuerdos que un día te hicieron sonreír.
Sientes como algo en ti ha cambiado. Quizás fueron esas personas que entraron en tu vida por casualidad, que colaboraron en ese cambio y por ello una triste sonrisa asoma en tu rostro.
Temes que lo que surgió un día y fue construyéndose sin apenas darte cuenta se esfume con el suspiro del tiempo y la distancia.
Sonrisas que permanecerán eternas en los recuerdos; miradas que echarás de menos;
abrazos que recorrerán kilómetros con destino incierto.
Momentos que regresarán a tu mente con el simple objetivo de acercar a las personas aunque estén lejos.




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